Consentimiento

¿En qué países se encuentran las mujeres con mayor apetito sexual?

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El deseo sexual es una emoción que nos prepara positivamente para experimentar la relación sexual de forma placentera. En este punto es imprescindible realizar una puntualización: no debemos caer en el error de confundir el deseo sexual con la excitación sexual. La excitación sexual es una respuesta fisiológica que implica manifestaciones físicas como la lubricación en la mujer o la erección en el hombre.

Esta cuestión suele salir a la luz cuando los niveles de deseo son distintos dentro de la pareja. Recientes estudios han demostrado que la experiencia de deseo en hombres y en mujeres es claramente diferente, tanto en su funcionamiento como en su vulnerabilidad ante distintas situaciones. Sumérgete con nosotros en busca de la respuesta. El deseo sería esa fuerza que nos impulsa a buscar el placer sexual, ya sea en pareja o en solitario, a través de la masturbación. Eso sí, aunque el deseo no se encuentre como tal antes de comenzar la relación con la pareja o la masturbación, la mujer debe estar receptiva y abierta a mantener dicha interacción o conducta, es decir, debe estar motivada al encuentro. Obviamente, el funcionamiento y vulnerabilidad distinta entre hombres y mujeres a la hora de desear da lugar a situaciones muy cotidianas y frecuentes en las que todos nos vemos envueltos, y que se derivan de las razones expuestas hasta ahora. Si tenemos en cuenta, la presencia o ausencia, de estos puntos, podremos entender por qué a veces la mujer no inicia el encuentro en pareja. No tanto por falta de deseo sino porque las condiciones, ya sean propias o ambientales, no son las indicadas.

Esta cuestión suele salir a la luz cuando los niveles de deseo son distintos dentro de la pareja. Recientes estudios han demostrado que la experiencia de deseo en hombres y en mujeres es claramente diferente, tanto en su funcionamiento como en su vulnerabilidad ante distintas situaciones. Sumérgete con nosotros en busca de la respuesta. El deseo sería esa fuerza que nos impulsa a buscar el placer sexual, ya sea en pareja o en solitario, a través de la masturbación. Eso sí, aunque el deseo no se encuentre como tal antes de comenzar la relación con la pareja o la masturbación, la mujer debe estar receptiva y abierta a mantener dicha interacción o conducta, es decir, debe estar motivada al encuentro. En cambio el género es el conjunto de ideas, comportamientos y atribuciones que una sociedad dada considera apropiados para cada sexo. De aquí surgen los conceptos de masculinidad y feminidad, los cuales determinan las funciones, oportunidades, valoración y relaciones entre mujeres y hombres. Algunos ejemplos de esta construcción social es pensar que las mujeres son pasivas, serviciales, sensibles o bondadosas y los hombres son activos, fuertes, líderes y conquistadores.